Tras haber realizado
este trabajo, acudido a la ONCE y ponernos en el lugar de la persona con
sordera, ceguera o sordoceguera, nos hemos dado cuenta de la gran cantidad de
barreras a las que se enfrentan estos colectivos, sobre todo en cuanto a su
interacción con el entorno y su comunicación.
A demás también hemos
aprendido cómo les afecta el no poder comunicarse, les crea sentimiento de
inferioridad, pérdida de información, frustración... todo esto puede
desarrollar conductas inadecuadas.
Ahí debemos intervenir
nosotros como TISOC, informándoles sobre los recursos a los que pueden optar,
haciéndoles entender que su discapacidad visual y/ o auditiva con los apoyos
necesarios no es ninguna limitación, desarrollando así su autonomía personal y
social mejorando a la par su autoestima y
comunicación.
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